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martes, 12 de octubre de 2021

Las 5 mentes del futuro de Howard Gartner


Las 5 MENTES DEL FUTURO de Howard Gartner

Ya he mencionado con anterioridad a Howard Gartner haciendo referencia a como estimular cada tipo de inteligencia

Gartner también habla de las 5 mentes del futuro las cuales debemos de cultivar para vivir de acuerdo a los cambios de esta era.



Toma en cuenta 2 razones legitimas:

  1. Las prácticas actuales no funcionan debidamente. La educación consta de un grupo de prácticas muy conservadoras. Ejercidas por un conjunto de instituciones de carácter también muy conservador.
  2. Las condiciones del mundo están cambiado de una forma sustancial y vertiginoso. Puede que a causa de estos cambios ciertas metas, aptitudes y prácticas ya no sean adecuadas o incluso que sean contraproducentes. Los cambios en la ciencia, tecnología y la globalización exigen nuevas formas y procesos educativos, ya que la mente que aprende se debe formar y extender de una forma que hasta ahora no había sido vital.
Se debe de considerar cada mente con un objetivo educativo y así desarrollar una educación capaz de crear personas con estas mentalidades.

A continuación menciono las 5 mentes a las que hace referencia Howard Gartner.


1. LA MENTE RESPETUOSA: hace referencia a la empatía y tolerancia hacia   aquellos grupos de personas que son distintos a nosotros de manera física, cultual y social.  
Debemos aprender a convivir con los demás, respetándonos mutuamente y valorando nuestras diferencias.

2. LA MENTE SINTETICA: supone un pensamiento de carácter interdisciplinario, ya que al encontrarnos ante una cantidad excesiva de información deberemos ser capaces de resumirla con precisión, sintetizarla de una manera productiva y hacer que nos sea útil. La capacidad de entretejer información procedente de distintas fuentes en un todo coherente es vital en el mundo de hoy.

3. LA MENTE CREATIVA: hace referencia a la capacidad de ir más allá de las síntesis disciplinaria e interdisciplinaria para descubrir nuevos fenómenos, nuevos problemas y nuevas preguntas e incluso pueden contribuir a su resolución. 

4. LA MENTE ETICA: se relaciona con la idea del mundo en que nos gustaría vivir. habitado por personas honradas, consideradas y constructivas, dispuestas a sacrificar sus propios intereses en favor de las necesidades y deseos de la comunidad. Que se de un deseo de vivir en un mundo marcado por la integridad y guiado por el desinterés,  y estén dispuestos a asumir la responsabilidad de lograr ese objetivo.

5. LA MENTE DISCIPLINADA debe ser disciplinada en 2 sentidos.
  • Dominar las principales formas distintivas de pensar que ha creado el ser humano: ciencia, matemáticas, tecnología, pensamiento histórico, filosófico y artístico.
  • Dominar diversas maneras de ampliar la propia formación durante toda la vida, de forma regular y sistemática.



En el próxima post, hablare de la manera en la que podemos disciplinar cada una de ellas.


lunes, 11 de octubre de 2021

¿Crianza de uno o de dos? Alemania Interior

 ¿Crianza de uno o de dos? 

Alemania interior


Cuando la segunda hija de mi prima Fernanada nació recordé a esa persona que te ayuda antes, durante y después del parto. 

Aquí en Alemania le llaman Hebamme o Geburtshelferin que traducido al español es una matrona o partera. Una profesional que acompaña a la madre en el proceso pre y post parto. Y una vez en casa acompaña a la madre y al recién nacido las primeras semanas del nacimiento. Sus funciones abarcan desde enseñar a dar el pecho hasta revisar y orientar en temas de cuidado, aseo y salud del bebé.

No es una enfermera. Es una profesión que no existe en México y seguramente en muchos otros países tampoco. Al recordar las manos de la ¨Hebamme¨ (hace 14 años atrás). Las recuerdo "ásperas, unas manos que parecían haber trabajado mucho a pesar de su juventud" Eran unas manos de cuidadora, que reciben, que conocen, que saben, que acarician, que se ensucian, que se han lavado mucho con jabón, que han adquirido la aspereza de la experiencia y el tiempo. Unas manos de mujer que cuida en el país al que nosotras ( mi prima y yo ) emigramos.

Las experiencias con las Hebamme o matronas son diferentes para cada familia. Hay parejas que han tenido mucha suerte y hay otras cuya experiencia no ha sido del todo satisfactoria.Pero de lo que no hay duda es de que la figura de ésta experta en el parto, única en Europa y de la cual los alemanes están muy orgullosos, es imprescindible para la mayoría de los alemanes. La experiencia con ella es, en muchos casos, el primer contacto con las vicisitudes de la crianza dominante del país, desde pautas de sueño y alimentación hasta cuidados básicos de un bebé.

Un papel más activo para los padres


Muchas madres tenemos claro que el rol de el padre ésta cambiando de un tiempo para acá. Este aspecto es aun más remarcable en un país como Alemania y en general en los países del norte de Europa, donde esta prácticamente institucionalizado (en el sentido en que las empresas dan facilidades para ello).El uso de 3 meses de estancia en casa  con goce de sueldo para los padres y (3 años con goce de sueldo del 80% para las madres.) El porcentaje varia en mayor o menor medida, de acuerdo a la antigüedad y el puesto de la madre.

En ese sentido Alemania se lo pone fácil a los padres (papás) que quieren estar activos y presentes los primeros meses de vida de sus hijos. La ley ha cambiado hace muy pero (muy poco tiempo). De solo una semana de permiso paternal a 3 meses.

Yo vengo de un país donde tradicionalmente el hombre no se ha hecho cargo de los cuidados ni la crianza.  El rol del padre se limita a  ser el de "proveedor" ( traer el dinero a casa) y el de la madre recae en la crianza de los hijos. Espero que eso este cambiando para bien de las nuevas generaciones. 

El rol del padre, más activo, más presente y participativo que anteriormente, ayuda a redefinir el de la madre. De la misma forma el rol de la madre, dando importancia al auto-cuidado y a nuestra profesión (si así lo decidimos) también ha redefinido el del padre. Un porcentaje elevado de madres en Alemania trabaja como máximo tres días a la semana para así poder dedicar parte de su tiempo vital a la crianza. Siempre que esta sea una opción elegida con libertad, es tan respetable como querer trabajar 45 horas a la semana. Pero es un tema que nos invita a replantearnos el tema de los cuidados. En Mexico, tal vez nunca me hubiera planteado dedicar una parte de mi tiempo a estar con mi bebé, al cuidado. Tal vez hubiera hecho lo que mi madre y otras mujeres de su generación hicieron, seguir trabajando como siempre, y dejar a los niños en la guardería. En Alemania el sistema, ciertamente, lo pone relativamente más fácil para que padres y madres puedan dedicar tiempo a sus hijos. También eso nos invita a descubrir nuevas partes de nuestra identidad como madres y como padres, más allá del rol profesional que en otros lugares es el rol central que define a las personas.

Algunas dificultades que implica la crianza para las personas migrantes


Si hay algo en lo que todos los padres y las madres migrantes coinciden es en la dificultad de la crianza cuando tu familia y tu red de apoyo están lejos.

Además, si la soledad es una situación que ya de por sí experimentan muchas madres cuando acaban de dar a luz y están inmersas en esos primeros días a solas con su bebé, en el caso de las madres migrantes esto se acentúa aún más.No es sólo que una se sienta sola, sino saber que no hay nadie disponible para acompañarte. La necesidad de comunicación, por lo tanto, es muy importante en las madres (y los padres) migrantes. Posibles estrategias para trabajar este aspecto es contactar a otras madres y padres que vivan cerca de ti, a los que tal vez se haya conocido durante las "sesiones prepartó", buscar grupos de apoyo en los que se ofrezca la posibilidad de expresar sentimientos de forma libre y segura o buscar actividades o grupos de juego para bebés y niños.

También es muy importante no olvidar que el auto-cuidado es esencial. No nos podemos olvidar de que mas allá de madres o padres somos también individuos con necesidades, emociones, pensamientos, deseos etc. Escuchar todos estos aspectos de nosotros mismos, validarlos y dedicar tiempo a nutrirlos es imprescindible.


Finalmente, la maternidad y la paternidad comparten con el proceso migratorio que son situaciones de cambio que nos invitan a desaprender, a descubrir zonas de nosotros mismos que creíamos olvidadas y a adquirir nuevas habilidades. Aprender a observar estos procesos con perspectiva nos puede ayudar a vivirlos de forma constructiva.






 




















miércoles, 6 de octubre de 2021

El cerebro lector

 ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando leemos?


Leer supone el ejercicio más eficaz para nuestro cerebro. Ya sabíamos que la lectura es productiva para aprender, ampliar vocabulario, avivar la imaginación o reducir el estrés, pero los avances en neurociencia de los últimos tiempos revelan que además, incluso a nivel fisiológico, leer es una de las actividades más provechosas a nivel cognitivo que podemos realizar.

Al leer,  se activan una gran cantidad de circuitos neuronales y regiones concretas del cerebro que nos permiten, en milésimas de segundo, reconocer las letras, combinarlas para formar grafemas y palabras, asignarles sonidos para poder pronunciarlas y dotarlas de significado

Leer no es natural


La lectura no constituye una actividad natural para el niño. El invento de la escritura hace 5000 años es demasiado reciente para que pueda haber influido a nivel evolutivo en nuestro cerebro por lo que, a diferencia del lenguaje hablado, constituye una habilidad que debemos aprender porque no disponemos en nuestra herencia genética de circuitos neurales específicos para la lectura. Esta es la razón por la que su aprendizaje puede ser más difícil en muchos niños, como en el caso de la dislexia. Afortunadamente, la plasticidad inherente al cerebro humano ha desarrollado un papel esencial en el reordenamiento y especialización de redes neuronales primitivas y esa misma plasticidad cerebral puede actuar como mecanismo de compensación ante las dificultades en el aprendizaje de la lectura.

Aunque la lectura es una destreza nueva para el cerebro, su aprendizaje varía según la lengua. Así, por ejemplo, en lenguas transparentes como el español, los niños requieren menos tiempo para aprender la gran mayoría de las palabras debido a que existe una correspondencia entre fonemas y grafemas (un sonido corresponde a una letra), mientras que el proceso se ralentiza en lenguas más opacas como el inglés debido a sus mayores irregularidades (Dehaene, 2015).


Los bebés, genios lingüísticos

Antes de aprender a leer, el cerebro del bebé ya está organizado para el lenguaje hablado activando, con pocos meses de edad, circuitos neurales del hemisferio izquierdo idénticos a los que activan los adultos al escuchar frases en su lengua materna (Dehaene, 2013). Los bebés son capaces, en los primeros meses, de reconocer sonidos de cualquier idioma pero antes de cumplir los dos años ya muestran preferencias por aquellos de la lengua a la que están expuestos (Kuhl, 2010). Y cuando el niño tiene dos años puede nombrar los objetos en voz alta porque tiene un sistema visual organizado que le permite identificarlos. Pero leer una palabra requiere mayor complejidad y los estudios en neurociencia revelan que para reconocer letras y palabras escritas se ha de reciclar una región específica de la corteza visual: el área visual de formación de palabras o “caja de letras del cerebro” (en inglés VWFA, visual word form area, o letterbox), una región en la que se concentra gran parte del conocimiento visual de las letras y de sus combinaciones (ver figura 2). 



Reciclaje neuronal

Las evidencias empíricas sugieren que para el aprendizaje de la lectura se necesita que una parte de las neuronas de una región que integra las áreas visuales del cerebro del niño en el lóbulo temporal izquierdo y que le sirven para reconocer objetos y rostros, la llamada “caja de letras”, se recicle para que pueda responder cada vez más a las letras y las palabras (Dehaene y Cohen). Esta importante región que interviene en un circuito de lectura universal que comprende rutas tanto fonológicas como semánticas, se activa de forma proporcional a la capacidad lectora, es decir, los lectores adultos y los niños que aprendieron a leer activan más la “caja de letras” que las personas analfabetas o los niños que no han aprendido a leer todavía (ver figura 3), respectivamente (Dehaene). Y no solo es esta región cerebral la que se desarrolla, porque aprendiendo a leer se mejoran circuitos que codifican la información visual o los sonidos de las palabras, lo cual tiene una incidencia positiva en la memoria oral


Escritura en espejo

La confusión de letras en espejo (por ejemplo, “b” y “d”; ver figura 4) es una confusión que puede darse de forma transitoria en cualquier niño, no solo en los disléxicos, y está directamente relacionada con el reciclaje neuronal del que hablábamos anteriormente. Nuestro cerebro evolucionó desarrollando un sistema que nos permite identificar los rostros y saber que una persona es la misma vista desde la izquierda que desde la derecha. Y esta misma organización cerebral es la que hace que el niño vea letras simétricas y las identifique como iguales. Pero esta capacidad cerebral para el reconocimiento visual de caras no es útil en la escritura y se ha de producir el correspondiente reciclaje neuronal, o si se quiere el desaprendizaje en la “caja de letras del cerebro” (Dehaene). Y en este proceso, se ha comprobado que es muy útil enseñar a los niños ejercicios en los que vayan trazando las letras con los dedos, es decir, añadir a los estímulos visuales y auditivos la exploración háptica, a través de la práctica de los gestos de escritura, acelera el aprendizaje de la lectura (Fredembach ) incidiendo en una ruta neural específica que no está asociada al reconocimiento de objetos sino a su orientación.


Como consecuencia de todas sus investigaciones realizadas, Stanislas Dehaene  ha establecido una serie de principios básicos, todos ellos igual de importantes, que pueden orientar la enseñanza de la lectura en la fase inicial en la que la decodificación fonológica adquiere un protagonismo fundamental. Estos principios que están referidos al español y que acompañamos con un brevísimo comentario son los siguientes:

  1. Principio de enseñanza explícita del código alfabético: el abecedario español funciona atendiendo a reglas simples que se han de conocer.
  2. Principio de progresión racional: hay ciertos grafemas que son prioritarios por lo que hay que enseñarlos antes.
  3. Principio de aprendizaje activo, que asocia lectura y escritura: aprender a componer las palabras y a escribirlas facilita el aprendizaje de la lectura en muchas etapas.
  4. Principio de transferencia de lo explícito a lo implícito: se ha de facilitar el proceso de automatización de la lectura.
  5. Principio de elección racional de los ejemplos y de los ejercicios: la elección de ejercicios y ejemplos ha de ser cuidadosa y debe tener en cuenta el nivel del alumno.
  6. Principio de compromiso activo, de atención y de disfrute: el contexto de aprendizaje ha de permitir que el niño se sienta seguro y motivado.
  7. Principio de adaptación al nivel del niño: el proceso de aprendizaje no puede ser mecánico sino que debe suministrar retos adecuados que permitan al niño sentirse protagonista y seguir avanzando.

En la enseñanza, muchas veces, las simples intuiciones no son suficientes para garantizar las buenas prácticas educativas y es por ello que los docentes deberíamos analizarlas y contrastarlas de forma rigurosa en el aula. Conocer los factores fisiológicos, socioemocionales o conductuales que inciden en el aprendizaje de la lectura facilitará el progreso de cada niño. Y eso es lo más importante.


Si quieren ahondar en el tema les comparto bibliografía el respeto.


  1. Cunningham A. E. y Stanovich K. E. (1997): “Early reading acquisition and its relation to reading experience and ability 10 years later”. Deviant Psychology 33(6), 934-945.
  2. Dehaene, Stanislas (2015). Aprender a leer: de las ciencias cognitivas al aula. Siglo XXI Editores.
  3. Dehaene S. (2014): “Reading in the brain revised and extended: response to comments”. Mind & Language 29, 320-335.
  4. Dehaene S. (2013): “Inside the letterbox: how literacy transforms the human brain”. Cerebrum, June.
  5. Dehaene S. et al. (2015): “Illiterate to literate: behavioral and cerebral changes induced by reading acquisition”. Nature Review Neuroscience 16(4), 234-244.
  6. Dehaene S. y Cohen L. (2011): “The unique role of the visual word form area in reading”. Trends in Cognitive Sciences 15(6), 254-262.
  7. Dehaene S. et al. (2010): “Why do children make mirror errors in reading? Neural correlates of mirror invariance in the visual word form area”. Neuroimage 49(2), 1837-1848.

https://www.ayp.org.ar/project/el-cerebro-lector-algunas-ideas-clave/




jueves, 30 de septiembre de 2021

Cómo aprendemos de acuerdo a Glasser

 ¿Cómo aprendemos de acuerdo a la  pirámide de Glasser?



La teoría de la elección, desarrollada por el psiquiatra William Glasser, habla sobre cómo nuestros sentidos tienen un papel primordial en el aprendizaje. La cual se representa con una pirámide. 


– Aprendemos un 10% de lo que leemos: Sí, aunque la lectura tiene infinidad de beneficios sobre el desarrollo del intelecto y la creatividad, este psiquiatra asegura que en realidad no aprendemos de lo que leemos. Al menos no tanto como nos pensamos. Eso sí, sirve para desarrollar muchas otras habilidades y facetas esenciales que están íntimamente relacionadas con el aprendizaje.

– Aprendemos un 20% de lo que oímos: El sentido del oído es esencial, pero más aún el de la escucha activa. No es lo mismo oír que escuchar. 

– Aprendemos un 30% de lo que vemos: La información ‘que entra por los ojos’ es muy valiosa, y deja huella en nuestra memoria. 

– Aprendemos un 50% de lo que vemos y oímos: la unión de ambos sentidos mejoran la capacidad de aprendizaje. Si el profesor además de dar la lección de forma oral, la acompaña de imágenes, a los niños les costará mucho menos asimilar los nuevos conocimientos.

– Aprendemos un 70% de lo que discutimos con otros: aprender a argumentar nos brinda una herramienta esencial en nuestro aprendizaje. Dialogar, hablar, preguntar… Debatir, enumerar y razonar defendiendo una postura y escuchando la otra, nos ayuda a adquirir nuevos conocimientos y a desarrollar el pensamiento crítico, ya que aprendemos a relacionar, comparar y extraer el contenido que nos interesa.

– Aprendemos un 80% de lo que hacemos: Aprendemos de nuestros errores. Nada más cierto que eso. Así que es esencial dejar que los niños se equivoquen. Que descubran, prueben, identifiquen, analicen… Incentiva en ellos desde pequeños la autonomía y fortalece su autoestima para que se vean tentados a investigar y adquirir nuevos conocimientos por su cuenta. 

– Aprendemos un 95% de lo que enseñamos a otros: Las relaciones sociales son la base de nuestro aprendizaje. En realidad, aprendemos desde el momento en el que somos capaces de enseñar ese conocimiento a otra persona

“Buena educación es aquella en la que el profesor pide a sus alumnos que piensen y se dedica a fomentar el diálogo para verificar la comprensión y el crecimiento de los estudiantes” (William Glasser)


miércoles, 29 de septiembre de 2021

10 hábitos para un adecuado desarrollo en tus hijos

10 hábitos para fomentar un exitoso desarrollo en tus hijos.



Los padres queremos que nuestros hijos sean exitosos pero no les ofrecemos ninguna educación financiera, no los inscribimos en cursos para fomentar su creatividad y tampoco les enseñamos buenos hábitos.

Expertos en el desarrollo infantil recomiendan que desde edad temprana los pequeños comiencen a forjarse buenos hábitos que sin duda les serán de gran ayuda y apoyo para toda su vida.


Toma en cuenta que el hábito de la lectura puede impulsar el éxito de tu hijo.El hábito del ahorro puede ayudarlos a encontrar la independencia financiera, el hábito de realizar ejercicio les ayudará a tener una vida saludable y el hábito de apreciar y cuidar la naturaleza les ayudara a cuidar y respetar su entorno.





Habitos 

  • Haz que lean por los menos un libro mensual, y que hagan un resumen.
  • Establece límites de televisión, redes sociales, video juegos y teléfono.
  • Limita el consumo de comida chatarra. Habla con ellos de los beneficios de una dieta saludable.
  • Haz que se ejerciten de 20 a 30 minutos diarios. De preferencia al aire libre.
  • Enséñales a establecer objetivos y a cumplirlos. Muchas veces la perseverancia es clave para el éxito.
  • Para los adolescentes, si están en edad de trabajar, haz que sean voluntarios en alguna institución.
  • Enséñales a ahorra, aunque sea el 10% de lo que reciben.
  • Enséñales a ser cordiales y respetuosos con la gente y el entorno.
  • Enséñales a se agradecidos.
  • Demuéstrales que cometer errores no es malo.


Aunque no es sencillo seguir todas estas recomendaciones, estoy segura que cuando estén grandes tus hijos te lo agradecerán.


jueves, 23 de septiembre de 2021

Retomar la educacion después de la pandemia de COVID-19

 

Retomar la educación después de la pandemia

Aún seguimos en Pandemia y esto al parecer sigue y seguirá afectando el sistema educativo. 

No necesito una varita mágica para saber qué habrá un rezago educativo a nivel mundial. Aunque para algunos países el impacto será mayor que para otros.

Para algunos países la situación de la educación de los niños no ha sido privilegiada. Un gran porcentaje no se ha podido conectar por diferentes razones.La falta de plataformas educativas a distancia y dispositivos etc. No han permitido la conectividad. Lo que los coloca en una situación de riesgo muy alto de desvinculación del sistema educativo formal  como consecuencia de esta situación. 



UNICEF apoya la reapertura de todas las escuelas y sostiene:

Que cada vez hay más evidencia de que los niños y las escuelas no son los principales

impulsores de la epidemia en los países. De hecho, no hay evidencia 

conocida sobre la correlación entre la tasa de transmisión de la enfermedad

 si las escuelas permanecen abiertas o cerradas.

Por otro lado, hay evidencia abrumadora sobre el impacto negativo del cierre de las 

escuelas en la salud física y mental, nutrición, seguridad y aprendizaje de los niños, 

y adolescentes. 

Siempre que los riesgos implicados en la reapertura sean lo menores posibles, 

UNICEF apoya y fomenta la reapertura de las escuelas, 

para garantizar el derecho a la educación de todos y todas las niñas, niños

 y adolescentes.

Algunas de las recomendaciones que da UNICEF son:

  • Implementar medidas de distanciamiento físico,
  • Escalonar el inicio y el cierre del día escolar;
  • Mover clases a otros espacios temporalmente, o al aire libre;
  • Dar clases en turnos, para reducir el tamaño de los grupos.

Con todo esto yo me pregunto ¿ Por qué algunos padres insisten en 
no enviar a sus hijos a las clases presenciales?





miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿Escribir a mano será algo anticuado?


La caligrafía se define oficialmente como una habilidad anticuada, cuyo aprendizaje ya no aporta especialmente nada desde un punto de vista práctico al desarrollo de la persona, una habilidad que puede ser más encuadrada dentro de la curiosidad histórica.

El movimiento, sin duda, va a ser calificado por muchos como muy agresivo. ¿Es adecuado que los niños dejen de escribir a mano, en un entorno en el que ya prácticamente solo lo hacen cuando ejercitan dicha habilidad? Un examen detallado de la vida cotidiana de un niño en nuestros días revela claramente que escriben de manera constante en teclados de todo tipo, físicos o virtuales, en ordenadores o en smartphones, pero únicamente recurren a la escritura a mano cuando les es específicamente solicitado… para conseguir que aprendan a escribir a mano.



Con el paso del tiempo, a medida que esos niños se van haciendo mayores, la necesidad de escribir a mano va disminuyendo todavía más. Yo llevo un bolígrafo en mi bolsillo por puro romanticismo y para firmar algo de vez en cuando, pero la realidad es que me pasan días y días sin utilizarlo.

En mi paso por la universidad, mi forma de tomar apuntes era muy apreciada por muchos de mis compañeros, porque tendía a apuntar prácticamente todo, con una letra nada bonita, pero razonablemente inteligible. Un paseo por la biblioteca de la universidad me permitía ver mis apuntes fotocopiados incluso por personas que no conocía, y subrayados en todos los colores imaginables. Terminada la universidad, dejé de escribir a mano. Hoy me costaría muchísimo tomar más de unas líneas: cuando lo he intentado, me ha resultado incomodísimo. Para cualquier tarea de escritura que implique un mínimo de creatividad, escribir a mano es completamente implanteable: mi forma de escribir actual recurre tanto a la vuelta atrás, a la sustitución o al replanteamiento de la estructura de lo que quiero expresar, que un modelo en el que cada pensamiento se plasme de manera irreversible en un papel resulta, además de arcaico, directamente absurdo. Si tengo que tomar unas notas en una reunión, lo último en lo que pienso es en utilizar un papel y un lápiz: lo primero que se me ocurre es sacar mi smartphone, y arrancar Evernote. En mi labor como profesor, me limito a escribir algunas palabras aisladas en una pizarra en la que añoro un teclado y un ratón, y cada vez que lo hago – por lo general, muy pocas – mis alumnos entienden perfectamente por qué no me gusta hacerlo. Mi visión en este tema es completamente radical: de la misma manera que llevo años abogando por la desaparición total y absoluta del papel y si tuviese una empresa apostaría por prohibirlo, vería bien que la escritura a mano pasase a ser considerada algo del pasado.

Escribir a mano resulta decididamente poco práctico y cada vez menos habitual, firmar es un método de autenticación débil y absurdo, y el bolígrafo o la pluma son cada vez más un artefacto menos práctico. ¿Estamos preparados como sociedad para anunciar el fin de la escritura a mano, o surgirán legiones de nostálgicos planteándose cuestiones como el romanticismo, la preservación de un bien cultural – como si la escritura cuneiforme fuese una habilidad remotamente interesante para alguien – o como el qué vamos a hacer es ese cada vez más improbable y absurdo momento en el que no tengamos acceso a un smartphone o a un teclado?


This article is also available in English in my Medium page, “Writing by hand: so 20th century…

miércoles, 7 de mayo de 2014

Tips para mantener el cerebro en forma


Tips para mantener el cerebro en forma.


Haga actividad física. Lo ideal es realizar algún ejercicio tres veces a la semana, por lo menos 30 minutos diarios. Puede caminar, andar en bicicleta, nadar, ejercitarse en la naturaleza etc. Un estudio de la U. de Pittsburg, publicado esta semana en Neurology, muestra que las personas mayores de 65 años que caminan más de 9,5 km a la semana tienen menor porcentaje de atrofia cerebral, además de una menor tasa tanto de demencias graves como de trastornos cognitivos leves.

Duerma lo necesario. El descanso que brinda el sueño es fundamental para que el cerebro se recupere de la actividad diaria. Algunas alteraciones del sueño (insomnio, pesadillas) pueden producir pérdida de la memoria, ansiedad, depresión y dolores de cabeza.

Ejercite su memoria. Mantener una actividad intelectual, como escribir, juegos de estrategia, de cartas, puzzles, etc. Se ha visto que ser un buen lector también es preventivo de deterioro cognitivo, ya que exige ejercitar diversas áreas del cerebro. De hecho, hasta 15 años más joven podría mantenerse el cerebro de las personas mayores de 60 si lo estimularon jugando sudoku o crucigramas, según una investigación realizada en Irlanda.

Cultive su vida social. Es importante generar y mantener redes sociales, con amigos, clubes del adulto mayor o de vecinos, o actividades familiares. Las actividades de recreación estimulan el cerebro: no dude en salir al cine, a un concierto o a una exposición de arte. "Esto mantiene el espíritu arriba y aleja la depresión".

Coma en forma saludable. Aumente el consumo de frutas y verduras; así como legumbres, cereales, aceite de oliva, maní y nueces. Evite las grasas, la sal y los productos de origen animal. Un estudio de la U. de Columbia (EE.UU.) en 2.000 adultos mayores concluyó que quienes siguen una dieta saludable tienen un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Tome agua pura y evite las bebidas gaseosas.

No fume. Diversos estudios concuerdan en que el riesgo de desarrollar Alzheimer es casi el doble en personas fumadoras; se estima que el cigarrillo podría provocar pequeños accidentes cerebrovasculares que, en ocasiones, dañan el cerebro. Así com los medicamentos especialmente los antidepresivos

Páselo bien. Cultive el buen humor y la creatividad; "la alegría es signo de buena salud mental".

Meditar Escuchar música para meditar y relajarse..Meditar, calmar la mente.




jueves, 6 de febrero de 2014

Neuroeducación.......las emociones



Neuroeducación.....las emociones



Francisco Mora, doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford y catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense, publica con Alianza 'Neuroeducación', un volumen que desmonta los mitos alrededor del cerebro y que intenta descifrar los mecanismos que enlazan materia gris con educación. El aprendizaje, sostiene, es tan vital para el ser humano como beber y alimentarse, y a neurociencia cada vez tiene evidencias más sólidas de que el propio cerebro se adapta a medidad que nos desarrollamos. 
A continuación puede leerse un fragmento de 'Neuroeducación'.




Programando alegría: Emoción

La emoción es esa energía codificada en la actividad de ciertos circuitos del cerebro que nos mantiene vivos. Sin la emoción, sin esa energía base, nos encontraríamos deprimidos, apagados. Alguien con una emoción apagada no podría ver y darse cuenta ni siquiera de un elefante que pasase junto a él. Y esa emoción puede apagarse por muchas y variadas circunstancias en el niño o el adolescente, o en cualquiera que vive en sociedad. Cuando tal apagón ocurre en el niño, sus consecuencias para la vida en el colegio, para aprender y memorizar, son obviamente muy negativas.

La emoción, el origen de su propia palabra, indica movimiento, interacción con el mundo. Es esta una conducta que incluye todos los cambios que se producen en el cuerpo disparados por un amplio rango de estímulos que vienen de todo cuanto rodea al individuo (o que también pueden producirse desde la evocación de la memoria de tales estímulos) y que indican recompensas (placer) o castigo (dolor). Emoción es también el medio de comunicación más poderoso que existe y con el que se han mantenido vivas millones de especies animales (en particular los mamíferos, y más en particular, los seres humanos). El cerebro límbico o emocional y el tronco del encéfalo, y en ellas, principalmente, la corteza prefrontal orbitaria, amígdala, hipocampo, hipotálamo y la sustancia reticular activadora ascendente, son las dos grandes áreas cerebrales que albergan, principal-mente, los circuitos neuronales que codifican para la emoción. Son circuitos que, mientras estamos despiertos, se encuentran siempre activos, en alerta, y nos ayudan a distinguir estímulos importantes para nuestra supervivencia.

Las emociones encienden y mantienen la curiosidad y la atención y con ello el interés por el descubrimiento de todo lo que es nuevo, desde un alimento o un enemigo a cualquier aprendizaje en el aula. Las emociones, en definitiva, son la base más importante sobre la que se sustentan todos los procesos de aprendizaje y memoria. De hecho, y hoy en neurociencia se conoce bien, las emociones sirven entre otras muchas funciones, y de forma destacada, para almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva. Y es que a nadie se le escapa que todo acontecimiento nuevo asociado a un episodio emocional, bien sea de placer o de dolor, permite un mayor y mejor almacenamiento y evocación de lo sucedido. También la información emocional es básica para la elaboración de cualquier función mental y el buen funcionamiento de las relaciones sociales. Es más, las ideas, que son los átomos del pensamiento, que se elaboran en los circuitos neuronales de las áreas de asociación de la corteza cerebral, ya lo hacen impregnadas de significado bien sea placentero o doloroso o de la amplia paleta de colores emocionales que constituyen el mundo humano. Por tanto, la emoción es también un ingrediente básico del proceso cognitivo, del razonamiento.

Hoy comenzamos a saber que el binomio emoción-cognición (procesos mentales) es un binomio indisoluble. Y ello se debe al diseño del cerebro y a cómo funciona. Los abstractos, los conceptos que crea el cerebro, no son asépticos de emoción, sino impregnados de ella. Esto ya nos debe alertar acerca de la importancia de la emoción tanto para el que aprende como para el que enseña. El que instruye debe ser consciente de este mecanismo esencial (emoción) como vehículo de sus palabras si quiere que estas alcancen al que aprende de un modo sólido y convincente. Y esto hay que saberlo bien, máxime hoy que en nuestra cultura, en los colegios, incluso a los niños pequeños, se les enseñan conceptos cognitivamente complejos de modo aséptico, desconexionados tantas veces de significado emocional. Y esto es un error, pues nada se puede llegar a conocer más que aquello que se ama, aquello que nos dice algo.

Por eso son importantes las palabras y cómo se utilizan. Las palabras son el vehículo del conocimiento y este, en la enseñanza, debe ir siempre acompañado por la emoción. La palabra, aun hoy en día, de tanta accesibilidad a medios técnicos, sigue siendo el centro de toda enseñanza. El que enseña utiliza la palabra lo mejor que puede. Y a partir de la palabra, de cómo se utiliza y cómo se entona, se puede crear ese atractivo capaz de activar la atención del que escucha y aprende. Instrumento luminoso ya desde los tiempos de la Roma clásica. De la palabra, en la Roma de hace más de 2.000 años, decía Marcelino Menéndez Pelayo:

Pero no solo la emoción es relevante para la palabra y en esta no solo en la palabra hablada o en la escrita (en la lectura), sino también para las matemáticas. Nada de ello cobra vida y se articula con el razonamiento sin el pegamento emocional.

Y junto a esto, en la toma de decisiones, cualquier decisión se basa o tiene también un fuerte componente emocional. En el estudiante, adolescente o universitario, en particular, y en su oficio de aprender, las decisiones se toman cada día, cada hora, cada minuto, y desde elegir qué carrera estudiar en la universidad hasta ese cotidiano asistir o no a clase un día, estudiar por la tarde tras las clases de la mañana, con qué asignatura comenzar, o, dentro de la asignatura escogida, con qué tema hacerlo, y, dentro de ese tema qué trozo, según se sepa mejor o peor el tema, o presentarse o no al examen evitando o aceptando el castigo de un suspenso. Y así un largo etcétera donde miles de pequeñas decisiones se basan en las emociones, es decir, en lo que más nos gusta versus lo que menos, en el placer versus displacer. A todo lo que antecede hay que poner un añadido importante. Refiere a ese componente de las emociones, genuinamente humano, que son los sentimientos, esto es, a la reacción subjetiva de las emociones. 
Las emociones son mecanismos inconscientes. Los sentimientos son, por el contrario, la experiencia consciente de una determinada emoción. Y hasta donde alcanzamos a saber solo el ser humano experimenta sentimientos. Los sentimientos son el proceso que nos lleva a «conocer las emociones» a través del miedo, placer o frustración y encontrar esos sentimientos de bienestar ante muchas y diferentes situaciones personales (el trabajo bien hecho) o las hechas por otros (el aplauso de un maestro a un buen estudiante). Y a otros muchos sentimientos, como aquellos que, con el aplauso, refuerzan el esfuerzo del estudiante por conocer y mostrar esos nuevos conocimientos a los demás. Todo ello es de una poderosa influencia en el mundo no solo del que aprende, sino también del que enseña. 

Hoy se habla mucho de un «apagón emocional» que ocurre en muchos niños en algún momento de su periodo escolar y que se ha relacionado con el hecho de vivir en una «sociedad estresada» cuyas consecuencias alcanzan a la intimidad de la familia y las relaciones familiares. El estrés genera un estado de acciones y reacciones personales de tensión constante. Cuando estos procesos se ponen en marcha de un modo lento, constante e insidioso, al niño le oprime una sensación de agobio mental inconsciente repetido a lo largo de los días, los meses y, quizá, los años. Lo cierto es que una vez entronizado este estilo de vida se instrumenta una respuesta orgánica patológica permanente. Y esto, producido por una miríada de factores, se vive en muchas familias y repercute en el niño, al que puede afectar en estructuras de su cerebro como el hipocampo, y por tanto, como señalábamos en capítulos anteriores, en su proceso de aprendizaje y memoria. Pero, además, algo tan importante como esto puede afectar a la emoción misma. Y a partir de ella sobre los mecanismos codificados, como la curiosidad y la atención. Por tanto, es con el apagón emocional cuando aparecen los problemas, muchos de ellos graves, en la conducta de los niños y que se expresan mayormente en el colegio y a la hora de aprender y memorizar. 

De ese entorno familiar puede nacer un niño con «estrés» no expresado en ninguna anormalidad cognitiva especial o hiperactividad o síntomas depresivos clásicos, sino simplemente con una cierta apatía manifestada con una atención baja, difuminada y dispersa y nunca demasiado pronunciada que repercuta en su rendimiento mental en el colegio.
El estrés es ciertamente una actividad cerebral y conductual fisiológica y consustancial a nuestros estilos de vida durante millones de años. Pero los estilos de vida han cambiado en el hombre moderno y ello ha dado lugar a la patología del estrés. Y con ella, referido de nuevo a los niños, expresado en la posible falta de un sueño profundo suficiente y reparador, mecanismo cerebral esencial para producir y alcanzar la consolidación de todo lo aprendido de modo relevante durante el día (capítulo 13). Y a síntomas como la irritación y la desatención que hemos mencionado. Cuando este proceso se pone en marcha, altera la conducta del niño de un modo poco aparente. Hoy se conoce un tratamiento efectivo y poco costoso que mejora los síntomas producidos por este tipo de estrés. Me refiero a la práctica del ejercicio físico aeróbico. Los efectos del ejercicio físico aeróbico funcionan a cualquier edad, desde el niño y el adolescente al adulto y el anciano. Este tipo de -ejercicio practicado con regularidad rebaja las respuestas estresantes in-terejercicio y modula y cambia la configuración del cerebro en aquellas áreas que tienen que ver con el aprendizaje y la memoria. 

Estudios recientes lo han venido poniendo de relevancia. Uno de ellos, en particular, resulta muy interesante. Fue un estudio realizado en Suecia, en el que se comprobó que en jóvenes, en el rango de edades comprendido entre los 15 y los 19 años, aquellos que practicaron ejercicio físico continuado y alcanzaron altas puntuaciones en esta materia también fueron los que obtuvieron una más alta puntuación en los tests que consideraron elementos como inteligencia global y verbal, y en general comprensión verbal y pensamiento lógico y matemático. Lo interesante de este estudio fue además que cuando muchos de estos jóvenes fueron evaluados 50 años más tarde (con independencia de que en el intervalo de estos años hubieran seguido o no haciendo ejercicio) aquellos que habían practicado ejercicio físico en su juventud demos-traron tener mejores habilidades mentales durante el envejecimiento. Esto tiene que ver con lo que se conoce como «reserva cognitiva». Y es que hasta hace bien poco tiempo se pensaba que los efectos de la práctica del ejercicio físico sobre el cerebro no eran acumulativos. Es decir, se creía que el ejercicio físico realizado a edades tempranas no influía en absoluto (si luego no se seguía practicando) durante el envejecimiento tardío. Este no parece ser el caso a juzgar por las investigaciones más actuales.

En definitiva, todo aquello conducente a la adquisición de conocimiento, como la curiosidad, la atención, la memoria o la toma de decisiones, requiere de esa energía que hemos llamado emoción. Detectar fallos o un apagón emocional puede convertirse en una tarea central en el futuro neuroeducador.