Buscar este blog

domingo, 15 de octubre de 2023

Guerras y más guerras

 

¡No más guerras con armas!

Hace exactamente un año nuestros ojos se cruzaron con una realidad que huele a conflictos territoriales impuestos desde hace años. Una realidad que nos toco pisar de un lado y del otro.

Hospedados en Israel cruzamos a pie pasando por un laberinto a través de una reja giratoria. Caminamos unos 50 metros por un largo pasillo que nos llevó a la salida para llegar a Palestina.Nuestros pasos eran firmes y nuestros oídos estaban alertas ante cualquier situación que se presentara.No sabíamos que esperar porque la seguridad y la inmensidad de los muros era imponentes. Muros garafateados con la cara de algunos personajes con poder político, imágenes diversas y demás inscripciones en idioma árabe que no entendía. Cruzamos para ir a la iglesia de la Natividad en Belén. Ibamos con los sentidos alertas por la tensión que se siente entre una frontera y la otra. Me impactó la facilidad con la que pudimos ingresar a Palestina; sin ningún control "aparente" de guardias de seguridad ni documentos. 





Al traspasar esa puerta giratoria de metal, escuchamos el idioma árabe. Las ofertas para llevarnos a la iglesia de la Natividad eran diversas e insistentes. Viven del turismo que ha aminorado desde el control de las fronteras impuestas. Decidimos caminar hasta aquel destino que teníamos en mente. Un mapa digital en el celular fue nuestro guía y aliado. Siguiendo cada indicación dada, pasamos por varias calles transitadas y ruidosas, calles empinadas con negocios de un lado y del otro. La posición lineal del sol nos indicaba el medio día, mi cuerpo transpiraba y la urgencia de agua me hizo internarme en una miscelánea, compré dos botellas de agua y seguimos nuestro andar. Transcurridos un par de kilómetros llegamos a nuestro destino. El regreso fue más cómodo; tomamos un taxi que nos dejo a unos cuantos metros de el muro ya que tienen prohibido acercarse. Olía a llanta quemada y nos advirtieron que tuviéramos cuidado. La entrada a Israel fue igualmente por un pasillo largo pero con mucho control; agentes armados, cámaras de seguridad y un retén de control fronterizo. Nos pidieron nuestros documentos oficiales y la visa de entrada proporcionada en el aeropuerto de Tel Aviv. Regresamos al coche que habíamos dejado aparcado a pocos metros de la frontera.

Se siente la tensión en las fronteras, huele a dolor y ahora más porque hay un muro  ideológico que los divide aún más que el muro físico. Erigido para dividir a la raza humana. Ideologías absurdas e impuestas que no hacen más que dividir con posturas de rencor y odio que recurren a las armas. Como siempre los más vulnerables son las nuevas generaciones y las mujeres. Mujeres niños y niñas que quedarán con heridas. Latigazos en el cuerpo y el alma que pasarán nuevamente a la siguiente generación con venganza por la sangre derramada del corazón y la razón sin sazón por los cuerpos inertes heridos y empolvados. Muerte, llanto, gritos, sangre. Guerras que manejan las potencias sin empatía, sin pensar en las heridas ni en las vidas.

Abundancia de recursos económicos para armas siempre sobra...pero no hay recursos para las guerras del hambre y de la pobreza, para las guerras de la desigualdad social y cultural, para las guerras de la salud universal. Para esas guerras que urge combatir, no hay nada, porque no aportan ganancias. Porque las guerras con armas no solo dejan charcos de sangre y lágrimas. Dejan orfandad, indignación, injusticia, dolor, hambre, miedo, rencor, sufrimiento y cicatrices imborrables de tensión y angustia. Polvorín sin fin para seguir recurriendo a la pólvora por generaciones para que los dragones del poder sigan beneficiándose y sus manos manchadas de sangre sigan comiendo con cubiertos de oro. Mundo muerto.


¡No más guerras con armas!


Dolor

El dolor nos vuelve estupidos.
Dolor de venganza que atraviesa
hasta las entrañas de los videntes.

Dolor generacional que traspasa
fronteras y placentas.

Dolor mortal de líneas fijas o torcidas. 
Envenenadas en trincheras a la espera
de la llama.

Llamarada que sacude los cimientos de
la gente. Arrastrada, heridas agonizantes
con sangre, quejidos, lamentos del infierno
en el campo desierto.

Guerras y más guerras ¿ por qué no hay
guerras contra el hambre? o ¿contra el 
analfabetismo

El instinto animal es mas voraz.



lunes, 2 de octubre de 2023

En el mismo continente.

 

En el mismo continente 


Vacaciones de otoño para todos. El impulso externo me lleva al extranjero esta vez en el mismo continente. Aunque me encuentre un poco derrengada vamos impulsados persiguiendo esas pierdas antiguas que los modernos dicen fue un centro ritual histórico alineado con el movimiento del sol. Nos dirigimos a lo alto en el carro y después viajaremos sobre el mar admirando a las gaviotas hambrientas deslizándose con él viento a la espera de un pez muerto por la rajada del motor a vapor. Regresaremos por las fauces de la tierra escondidos por el túnel que conecta Dover con Calais en las profundidades del mar.


No llevaremos sandalias sino paraguas o tal vez solo una chamarra. El paraguas se estropearía por el viento de la isla. Isla de buena música y de té todos los días. Estaremos no en la cima sino en las faldas de la misma. Aunque es el mismo continente seguramente el otoño estará más presente aquí arriba. Dos o tres grados menos la naturaleza lo expresará. Con ese otoño que sí llega y se refleja con sus múltiples colores. Que limpia la polvareda con las gotas del cielo constantes, inundando de setas, hongos y fango despidiendo el verano. Es un tiempo de cambio y de reflexión. Y como de reflexión se trata...¿sabes a qué lugar me refiero? ¿y a qué país?


Viajo

Viajo para pisar las huellas 
que dejó la gente observando
y admirando su pasado y 
su presente.

Viajo para enriquecer las
ganas y apagar la ignorancia.

Viajo para abrir brechas al
cambio, de la mano del 
muchacho. Admirando en 
cada paso los vestigios del
pasado.

Viajó para abrir la mente
a las cosas diferentes.

Aprendo mucho más
viajando, que cuando 
estoy soñando.


Odette Biermann Murguia









domingo, 17 de septiembre de 2023

Corazón dividido.

 

Corazón

Tengo dividido el corazón en dos. División que lo separa de la patria más amada. División por pensar en el amor que me atrapó. Atrapado en este ardor con el verdor que me saco del resplandor. Resplandor que me ayudo a ser mejor. Mejor ser humano en cada paso. Pasos falsos y certeros para abrazar los luceros de los frutos pasajeros. Pasajeros somos todos, de este mundo de los sueños más eternos. Eterna el alma que me llama hacia las dos patrias amadas.


 Corazón

 

Mi corazón dividido 

en dos desde aquella

elección. Elección de

vida que me puso patas

pa´ arriba.

 

Colgado en cada orilla

del mar Báltico y del

Atlántico.

 

Palpitando noche y día

por el retorno algún día.

 

Mi corazón no vacila por

la unión de esos días.

Llenos de algarabía

celebraciones y bebidas.

 

Otra casa es tu guarida

que te acoge en esta vida.

Los latidos son la guía que

nos sanan las heridas.

 

Dividido el corazón hago

caso a la razón. Porque 

ahora tengo al sol y a la

luna sin sazón.

 

Corazón que quiere a dos

con la misma intensidad.

hasta el espacio sideral. 


Odette Biermann Murguia






miércoles, 13 de septiembre de 2023

Disfruto

 

Disfruto 

Llevo un tiempo escribiendo, casi más de un decenio. 

Lo disfruto en lo oculto de mi estudio, en la soledad de los inviernos duros y crudos. 

No solo disfruto escribir, disfruto el gozo de vivir, con los rituales familiares y las amistades. 

Disfruto el bosque que me acoge con el viento, que me despeina el alma y el pelo. 

Disfruto de los pensamientos que me alborotan el intelecto, de las platicas profundas y ocultas. 

Disfruto el arte y el baile, el baile con los ojos cerrados sintiendo cada hueso que me invade. 

Disfruto el chocolate con sus matices claros y oscuros, que me deleitan el gusto. 

Disfruto de una buena compañía al mediodía. 

Disfruto de la novedad, novedad de culturas y aventuras, de raíces de países. 

Disfruto del amor a ciegas sin ciñegas en el fango, porque sino resbaló.

 Disfruto de tu compañía y de la alegría...en fin disfruto de la vida.


Odette Biermann Murguía



miércoles, 23 de agosto de 2023

Todos diferentes, todos iguales.


Multilingüismo en las aulas


Recuerdo en mi niñez escuchar repetidamente en los medios de comunicación el termino globalización. En ese momento no imaginaba el impacto social y educativo que tendría esa palabra en el futuro. Es cierto que el movimiento de personas en el planeta no es algo nuevo. Lo que sí me sorprende es la rapidez de está movilidad.

Las autopistas alemanas se llenan de tractores con placas procedentes de todos sus vecinos europeos. Es Alemania (con sus 9 fronteras) uno de los países europeos con mayor presencia simultánea de comercio. Un ir y venir de ciudadanos que dejan sus tradiciones y cultura al pasar; lo que lo convierte en un país más enriquecedor y multicultural. En ese sentido, la institución escolar se empapa de esta cascada de pluralismo.

La inmigración y emigración constantes están influyendo directamente en las aulas.  


 Trabajadores inmigrantes para el BOOM alemán


En 1955, la República Federal de Alemania necesitaba una cantidad mucho mayor de mano de obra debido al auge económico. Desde el primer acuerdo de reclutamiento en 1955, hasta 1973, empresas y organismos estatales alemanes  , invitaron a cerca de 14 millones de "trabajadores inmigrantes"de España, Italia, Turquía, Grecia y Marruecos. Cerca de 3 millones de ellos permanecieron de forma duradera en este país. Y con ellos las aulas se volvieron un mezcla multicultural que hasta la fecha prevalece y va en aumento.


Multilinguismo



En Alemania, el 20% de los niños crecen bilingües, es decir desde la cuna hablan otro idioma además del alemán.

El ingles es el idioma extranjero más importante en las escuelas alemanas. Como segundo o tercera lengua extranjera normalmente los chicos tendrán la opción de elegir entre francés, latín o español. Dependiendo de la ubicación geográfica en la que esten. En algunas escuelas del sur, ofrecen italiano, polaco o inclusive griego. Así es normal que terminen el bachillerato o preparatoria  siendo cuatrilingües o políglotas.

Hablar varias lenguas te permite entender otras culturas y formas de vida. Nos brinda una ventana abierta, para expandir nuestra comprensión de las diferentes formas de vida que existen en el mundo. Haciéndonos más tolerantes a otras formas de pensar y actuar. El lenguaje refleja los valores, creencias y actitudes de las personas que lo utilizan. Cuando aprendemos un nuevo idioma, comprendemos el contexto cultural en el que se habla el idioma, lo que puede ampliar nuestras perspectivas y ayudarnos a apreciar diferentes formas de vida.

Es posible que hayas notado que, al hablar otro idioma, a menudo utilizas un tono, volumen o velocidad de habla diferente. Esto se debe en parte a que la estructura y vocabulario de diferentes idiomas reflejan la cultura en la que se hablan, y esa cultura puede influir en cómo nos expresamos.

Diversas investigaciones han demostrado que las personas que hablan diferentes lenguas a menudo tienen enfoques diferentes para resolver problemas y tomar decisiones.

En conclusión podemos decir que aunque seguimos siendo los mismos cuando hablamos diferentes lenguas, nuestra forma de ser se expresa de manera distinta en cada idioma que utilizamos y revela diferentes aspectos de nuestra identidad.