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miércoles, 6 de octubre de 2021

El cerebro lector

 ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando leemos?


Leer supone el ejercicio más eficaz para nuestro cerebro. Ya sabíamos que la lectura es productiva para aprender, ampliar vocabulario, avivar la imaginación o reducir el estrés, pero los avances en neurociencia de los últimos tiempos revelan que además, incluso a nivel fisiológico, leer es una de las actividades más provechosas a nivel cognitivo que podemos realizar.

Al leer,  se activan una gran cantidad de circuitos neuronales y regiones concretas del cerebro que nos permiten, en milésimas de segundo, reconocer las letras, combinarlas para formar grafemas y palabras, asignarles sonidos para poder pronunciarlas y dotarlas de significado

Leer no es natural


La lectura no constituye una actividad natural para el niño. El invento de la escritura hace 5000 años es demasiado reciente para que pueda haber influido a nivel evolutivo en nuestro cerebro por lo que, a diferencia del lenguaje hablado, constituye una habilidad que debemos aprender porque no disponemos en nuestra herencia genética de circuitos neurales específicos para la lectura. Esta es la razón por la que su aprendizaje puede ser más difícil en muchos niños, como en el caso de la dislexia. Afortunadamente, la plasticidad inherente al cerebro humano ha desarrollado un papel esencial en el reordenamiento y especialización de redes neuronales primitivas y esa misma plasticidad cerebral puede actuar como mecanismo de compensación ante las dificultades en el aprendizaje de la lectura.

Aunque la lectura es una destreza nueva para el cerebro, su aprendizaje varía según la lengua. Así, por ejemplo, en lenguas transparentes como el español, los niños requieren menos tiempo para aprender la gran mayoría de las palabras debido a que existe una correspondencia entre fonemas y grafemas (un sonido corresponde a una letra), mientras que el proceso se ralentiza en lenguas más opacas como el inglés debido a sus mayores irregularidades (Dehaene, 2015).


Los bebés, genios lingüísticos

Antes de aprender a leer, el cerebro del bebé ya está organizado para el lenguaje hablado activando, con pocos meses de edad, circuitos neurales del hemisferio izquierdo idénticos a los que activan los adultos al escuchar frases en su lengua materna (Dehaene, 2013). Los bebés son capaces, en los primeros meses, de reconocer sonidos de cualquier idioma pero antes de cumplir los dos años ya muestran preferencias por aquellos de la lengua a la que están expuestos (Kuhl, 2010). Y cuando el niño tiene dos años puede nombrar los objetos en voz alta porque tiene un sistema visual organizado que le permite identificarlos. Pero leer una palabra requiere mayor complejidad y los estudios en neurociencia revelan que para reconocer letras y palabras escritas se ha de reciclar una región específica de la corteza visual: el área visual de formación de palabras o “caja de letras del cerebro” (en inglés VWFA, visual word form area, o letterbox), una región en la que se concentra gran parte del conocimiento visual de las letras y de sus combinaciones (ver figura 2). 



Reciclaje neuronal

Las evidencias empíricas sugieren que para el aprendizaje de la lectura se necesita que una parte de las neuronas de una región que integra las áreas visuales del cerebro del niño en el lóbulo temporal izquierdo y que le sirven para reconocer objetos y rostros, la llamada “caja de letras”, se recicle para que pueda responder cada vez más a las letras y las palabras (Dehaene y Cohen). Esta importante región que interviene en un circuito de lectura universal que comprende rutas tanto fonológicas como semánticas, se activa de forma proporcional a la capacidad lectora, es decir, los lectores adultos y los niños que aprendieron a leer activan más la “caja de letras” que las personas analfabetas o los niños que no han aprendido a leer todavía (ver figura 3), respectivamente (Dehaene). Y no solo es esta región cerebral la que se desarrolla, porque aprendiendo a leer se mejoran circuitos que codifican la información visual o los sonidos de las palabras, lo cual tiene una incidencia positiva en la memoria oral


Escritura en espejo

La confusión de letras en espejo (por ejemplo, “b” y “d”; ver figura 4) es una confusión que puede darse de forma transitoria en cualquier niño, no solo en los disléxicos, y está directamente relacionada con el reciclaje neuronal del que hablábamos anteriormente. Nuestro cerebro evolucionó desarrollando un sistema que nos permite identificar los rostros y saber que una persona es la misma vista desde la izquierda que desde la derecha. Y esta misma organización cerebral es la que hace que el niño vea letras simétricas y las identifique como iguales. Pero esta capacidad cerebral para el reconocimiento visual de caras no es útil en la escritura y se ha de producir el correspondiente reciclaje neuronal, o si se quiere el desaprendizaje en la “caja de letras del cerebro” (Dehaene). Y en este proceso, se ha comprobado que es muy útil enseñar a los niños ejercicios en los que vayan trazando las letras con los dedos, es decir, añadir a los estímulos visuales y auditivos la exploración háptica, a través de la práctica de los gestos de escritura, acelera el aprendizaje de la lectura (Fredembach ) incidiendo en una ruta neural específica que no está asociada al reconocimiento de objetos sino a su orientación.


Como consecuencia de todas sus investigaciones realizadas, Stanislas Dehaene  ha establecido una serie de principios básicos, todos ellos igual de importantes, que pueden orientar la enseñanza de la lectura en la fase inicial en la que la decodificación fonológica adquiere un protagonismo fundamental. Estos principios que están referidos al español y que acompañamos con un brevísimo comentario son los siguientes:

  1. Principio de enseñanza explícita del código alfabético: el abecedario español funciona atendiendo a reglas simples que se han de conocer.
  2. Principio de progresión racional: hay ciertos grafemas que son prioritarios por lo que hay que enseñarlos antes.
  3. Principio de aprendizaje activo, que asocia lectura y escritura: aprender a componer las palabras y a escribirlas facilita el aprendizaje de la lectura en muchas etapas.
  4. Principio de transferencia de lo explícito a lo implícito: se ha de facilitar el proceso de automatización de la lectura.
  5. Principio de elección racional de los ejemplos y de los ejercicios: la elección de ejercicios y ejemplos ha de ser cuidadosa y debe tener en cuenta el nivel del alumno.
  6. Principio de compromiso activo, de atención y de disfrute: el contexto de aprendizaje ha de permitir que el niño se sienta seguro y motivado.
  7. Principio de adaptación al nivel del niño: el proceso de aprendizaje no puede ser mecánico sino que debe suministrar retos adecuados que permitan al niño sentirse protagonista y seguir avanzando.

En la enseñanza, muchas veces, las simples intuiciones no son suficientes para garantizar las buenas prácticas educativas y es por ello que los docentes deberíamos analizarlas y contrastarlas de forma rigurosa en el aula. Conocer los factores fisiológicos, socioemocionales o conductuales que inciden en el aprendizaje de la lectura facilitará el progreso de cada niño. Y eso es lo más importante.


Si quieren ahondar en el tema les comparto bibliografía el respeto.


  1. Cunningham A. E. y Stanovich K. E. (1997): “Early reading acquisition and its relation to reading experience and ability 10 years later”. Deviant Psychology 33(6), 934-945.
  2. Dehaene, Stanislas (2015). Aprender a leer: de las ciencias cognitivas al aula. Siglo XXI Editores.
  3. Dehaene S. (2014): “Reading in the brain revised and extended: response to comments”. Mind & Language 29, 320-335.
  4. Dehaene S. (2013): “Inside the letterbox: how literacy transforms the human brain”. Cerebrum, June.
  5. Dehaene S. et al. (2015): “Illiterate to literate: behavioral and cerebral changes induced by reading acquisition”. Nature Review Neuroscience 16(4), 234-244.
  6. Dehaene S. y Cohen L. (2011): “The unique role of the visual word form area in reading”. Trends in Cognitive Sciences 15(6), 254-262.
  7. Dehaene S. et al. (2010): “Why do children make mirror errors in reading? Neural correlates of mirror invariance in the visual word form area”. Neuroimage 49(2), 1837-1848.

https://www.ayp.org.ar/project/el-cerebro-lector-algunas-ideas-clave/




jueves, 30 de septiembre de 2021

Cómo aprendemos de acuerdo a Glasser

 ¿Cómo aprendemos de acuerdo a la  pirámide de Glasser?



La teoría de la elección, desarrollada por el psiquiatra William Glasser, habla sobre cómo nuestros sentidos tienen un papel primordial en el aprendizaje. La cual se representa con una pirámide. 


– Aprendemos un 10% de lo que leemos: Sí, aunque la lectura tiene infinidad de beneficios sobre el desarrollo del intelecto y la creatividad, este psiquiatra asegura que en realidad no aprendemos de lo que leemos. Al menos no tanto como nos pensamos. Eso sí, sirve para desarrollar muchas otras habilidades y facetas esenciales que están íntimamente relacionadas con el aprendizaje.

– Aprendemos un 20% de lo que oímos: El sentido del oído es esencial, pero más aún el de la escucha activa. No es lo mismo oír que escuchar. 

– Aprendemos un 30% de lo que vemos: La información ‘que entra por los ojos’ es muy valiosa, y deja huella en nuestra memoria. 

– Aprendemos un 50% de lo que vemos y oímos: la unión de ambos sentidos mejoran la capacidad de aprendizaje. Si el profesor además de dar la lección de forma oral, la acompaña de imágenes, a los niños les costará mucho menos asimilar los nuevos conocimientos.

– Aprendemos un 70% de lo que discutimos con otros: aprender a argumentar nos brinda una herramienta esencial en nuestro aprendizaje. Dialogar, hablar, preguntar… Debatir, enumerar y razonar defendiendo una postura y escuchando la otra, nos ayuda a adquirir nuevos conocimientos y a desarrollar el pensamiento crítico, ya que aprendemos a relacionar, comparar y extraer el contenido que nos interesa.

– Aprendemos un 80% de lo que hacemos: Aprendemos de nuestros errores. Nada más cierto que eso. Así que es esencial dejar que los niños se equivoquen. Que descubran, prueben, identifiquen, analicen… Incentiva en ellos desde pequeños la autonomía y fortalece su autoestima para que se vean tentados a investigar y adquirir nuevos conocimientos por su cuenta. 

– Aprendemos un 95% de lo que enseñamos a otros: Las relaciones sociales son la base de nuestro aprendizaje. En realidad, aprendemos desde el momento en el que somos capaces de enseñar ese conocimiento a otra persona

“Buena educación es aquella en la que el profesor pide a sus alumnos que piensen y se dedica a fomentar el diálogo para verificar la comprensión y el crecimiento de los estudiantes” (William Glasser)


miércoles, 29 de septiembre de 2021

10 hábitos para un adecuado desarrollo en tus hijos

10 hábitos para fomentar un exitoso desarrollo en tus hijos.



Los padres queremos que nuestros hijos sean exitosos pero no les ofrecemos ninguna educación financiera, no los inscribimos en cursos para fomentar su creatividad y tampoco les enseñamos buenos hábitos.

Expertos en el desarrollo infantil recomiendan que desde edad temprana los pequeños comiencen a forjarse buenos hábitos que sin duda les serán de gran ayuda y apoyo para toda su vida.


Toma en cuenta que el hábito de la lectura puede impulsar el éxito de tu hijo.El hábito del ahorro puede ayudarlos a encontrar la independencia financiera, el hábito de realizar ejercicio les ayudará a tener una vida saludable y el hábito de apreciar y cuidar la naturaleza les ayudara a cuidar y respetar su entorno.





Habitos 

  • Haz que lean por los menos un libro mensual, y que hagan un resumen.
  • Establece límites de televisión, redes sociales, video juegos y teléfono.
  • Limita el consumo de comida chatarra. Habla con ellos de los beneficios de una dieta saludable.
  • Haz que se ejerciten de 20 a 30 minutos diarios. De preferencia al aire libre.
  • Enséñales a establecer objetivos y a cumplirlos. Muchas veces la perseverancia es clave para el éxito.
  • Para los adolescentes, si están en edad de trabajar, haz que sean voluntarios en alguna institución.
  • Enséñales a ahorra, aunque sea el 10% de lo que reciben.
  • Enséñales a ser cordiales y respetuosos con la gente y el entorno.
  • Enséñales a se agradecidos.
  • Demuéstrales que cometer errores no es malo.


Aunque no es sencillo seguir todas estas recomendaciones, estoy segura que cuando estén grandes tus hijos te lo agradecerán.


jueves, 23 de septiembre de 2021

Retomar la educacion después de la pandemia de COVID-19

 

Retomar la educación después de la pandemia

Aún seguimos en Pandemia y esto al parecer sigue y seguirá afectando el sistema educativo. 

No necesito una varita mágica para saber qué habrá un rezago educativo a nivel mundial. Aunque para algunos países el impacto será mayor que para otros.

Para algunos países la situación de la educación de los niños no ha sido privilegiada. Un gran porcentaje no se ha podido conectar por diferentes razones.La falta de plataformas educativas a distancia y dispositivos etc. No han permitido la conectividad. Lo que los coloca en una situación de riesgo muy alto de desvinculación del sistema educativo formal  como consecuencia de esta situación. 



UNICEF apoya la reapertura de todas las escuelas y sostiene:

Que cada vez hay más evidencia de que los niños y las escuelas no son los principales

impulsores de la epidemia en los países. De hecho, no hay evidencia 

conocida sobre la correlación entre la tasa de transmisión de la enfermedad

 si las escuelas permanecen abiertas o cerradas.

Por otro lado, hay evidencia abrumadora sobre el impacto negativo del cierre de las 

escuelas en la salud física y mental, nutrición, seguridad y aprendizaje de los niños, 

y adolescentes. 

Siempre que los riesgos implicados en la reapertura sean lo menores posibles, 

UNICEF apoya y fomenta la reapertura de las escuelas, 

para garantizar el derecho a la educación de todos y todas las niñas, niños

 y adolescentes.

Algunas de las recomendaciones que da UNICEF son:

  • Implementar medidas de distanciamiento físico,
  • Escalonar el inicio y el cierre del día escolar;
  • Mover clases a otros espacios temporalmente, o al aire libre;
  • Dar clases en turnos, para reducir el tamaño de los grupos.

Con todo esto yo me pregunto ¿ Por qué algunos padres insisten en 
no enviar a sus hijos a las clases presenciales?