Entre dos extremos
Los extremos han sido creados para determinar los márgenes sobre los que nos movemos. La tristeza y la alegría trazan un camino digno de ser vivido, la pobreza y la riqueza nos ayudan a valorar lo que tenemos. El sol y la luna nos ofrecen cada día la energía y el reposo. El aburrimiento y la diversión nos ayudan a encontrar nuestra vocación.
Vivo en una país europeo, para ser más precisa en Alemania. No es él que me vio nacer, por lo tanto he tenido la oportunidad de vivir en 2 extremos. La nieve y el sol, el alemán y el castellano, lo mentalidad católico y la protestante, la salchicha y el taco.
Si pudiera tener un delantal con 3 bolsas enormes, en una guardaría las cosas con las que en definitiva me quedo de cada país (México y Alemania) y la tercera la arrojaría al mar.
Bolsa Alemania
- Me quedo con el respeto a la naturaleza, a los animales, a las plantas, en general al ecosistema, con el disfrute de los patos, los conejos y las ardillas a tan solo unos pasos de mi casa.
- Me quedo con esa sensación de tranquilidad al salir y saber que no pasará nada. No violencia, no asaltos, no miedos por la inseguridad.
- Me quedo con la mentalidad "el transeúnte es primero", con el respeto al ciclista, y la tolerancia hacia el conductor.
- Me quedo con el lema “cero tolerancia a la injusticia” a vivir con la certeza de que realmente se cumpla la ley, al denunciar sin sabotajes, ni mordidas.
- Me quedo con la libertad y el asombro de ver a los pequeños irse a la escuela en bicicleta y casco, completamente solos.
- Me quedo con la lectura, el estudio, las bibliotecas de cada pueblo, el arte, los museos, los teatros, los viajes, los pueblos medievales, los castillos. Aprender, aprender, aprender.
- Me quedo con la cultura del reciclaje, racionar el agua, no tirar basura, el bosque frio, el Rhin, lo verde.
- Me quedo con el “hago lo que digo, predico, y pienso” mentalidad alemana.
- Me quedo con esta etapa maravillosa de madre. Con el juego, con sus carcajadas, sus ocurrencias, sus travesuras y su cara de mustia. Con los cuentos, con las noches de bombones y salchichas y el amor incondicional. Con el esfuerzo, constancia y trabajo, del hombre; el padre incondicional.
Bolsa México
De mi patria querida
- Me quedo con las verdaderas amistades, las largas horas de café, las reuniones familiares. La calidez, cordialidad y amabilidad que nos caracteriza. Los detalles, las carcajadas que hacen llorar, los dobles sentido y los chistes colorados.
- Me quedo con el apoyo familiar, con los viajes familiares, con la unión familiar, mis hermanos, sobrinas, tíos, tías, primos, primas, abuelas y agregados culturales.
- Me quedo con los días soleados. El olor a churros con chocolate, los helados de la Michoacána, el mole, las rajas con crema, la flor de calabaza, los elotes de Coyoacan. La comida de mi madre. La gastronomía. En pocas palabras con la “dieta T” (tacos, tortas, tamales). El tequila y el mezcal.
- Me quedo con el orgullo de nuestra cultura, con los mayas, los aztecas, zapotecas y su legado arqueológico. Con las palabras que enriquecieron nuestra lengua, con esa mezcla que nos permitió ser lo que somos ahora.
- Me quedo con los mariachis, el baile, la música y la fiesta.
- Me quedo con las playas, el bosque tropical, la fauna y la flora, especialmente con el jaguar, el águila y la ballena.
- Me quedo con los mercados, llenos de color, aromas, texturas, sabores. Sobre todo con el mango, la papaya y el mamey que tanto le gusta a mi padre.
En fin podría decir que soy lo que fui y sigo siendo lo que soy, gracias a esa mezcla de dos extremos tan distintos pero a la vez tan parecidos.
Esta entrada es una invitación a dejar la tercera bolsa ya que son las cosas negativas. Lo que hoy parece negro, dentro de unos años se convertirá en los rayos de sol que nos permitan ver y entender el presente. Tomar distancia sobre el presente nos aporta calma, permite apaciguar los impulsos de nuestros sistemas de alarma y sus efectos sobre la atención. Tomemos aire y dispongámonos a tratar de calmar nuestro pesimismo que no nos deja disfrutar del día a día.
¡Gracias por los 2 extremos que me ha dado la vida!