¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando leemos?
Leer no es natural
La lectura no constituye una actividad natural para el niño. El invento de la escritura hace 5000 años es demasiado reciente para que pueda haber influido a nivel evolutivo en nuestro cerebro por lo que, a diferencia del lenguaje hablado, constituye una habilidad que debemos aprender porque no disponemos en nuestra herencia genética de circuitos neurales específicos para la lectura. Esta es la razón por la que su aprendizaje puede ser más difícil en muchos niños, como en el caso de la dislexia. Afortunadamente, la plasticidad inherente al cerebro humano ha desarrollado un papel esencial en el reordenamiento y especialización de redes neuronales primitivas y esa misma plasticidad cerebral puede actuar como mecanismo de compensación ante las dificultades en el aprendizaje de la lectura.
Aunque la lectura es una destreza nueva para el cerebro, su aprendizaje varía según la lengua. Así, por ejemplo, en lenguas transparentes como el español, los niños requieren menos tiempo para aprender la gran mayoría de las palabras debido a que existe una correspondencia entre fonemas y grafemas (un sonido corresponde a una letra), mientras que el proceso se ralentiza en lenguas más opacas como el inglés debido a sus mayores irregularidades (Dehaene, 2015).
Los bebés, genios lingüísticos
Reciclaje neuronal
Las evidencias empíricas sugieren que para el aprendizaje de la lectura se necesita que una parte de las neuronas de una región que integra las áreas visuales del cerebro del niño en el lóbulo temporal izquierdo y que le sirven para reconocer objetos y rostros, la llamada “caja de letras”, se recicle para que pueda responder cada vez más a las letras y las palabras (Dehaene y Cohen). Esta importante región que interviene en un circuito de lectura universal que comprende rutas tanto fonológicas como semánticas, se activa de forma proporcional a la capacidad lectora, es decir, los lectores adultos y los niños que aprendieron a leer activan más la “caja de letras” que las personas analfabetas o los niños que no han aprendido a leer todavía (ver figura 3), respectivamente (Dehaene). Y no solo es esta región cerebral la que se desarrolla, porque aprendiendo a leer se mejoran circuitos que codifican la información visual o los sonidos de las palabras, lo cual tiene una incidencia positiva en la memoria oral
Escritura en espejo
La confusión de letras en espejo (por ejemplo, “b” y “d”; ver figura 4) es una confusión que puede darse de forma transitoria en cualquier niño, no solo en los disléxicos, y está directamente relacionada con el reciclaje neuronal del que hablábamos anteriormente. Nuestro cerebro evolucionó desarrollando un sistema que nos permite identificar los rostros y saber que una persona es la misma vista desde la izquierda que desde la derecha. Y esta misma organización cerebral es la que hace que el niño vea letras simétricas y las identifique como iguales. Pero esta capacidad cerebral para el reconocimiento visual de caras no es útil en la escritura y se ha de producir el correspondiente reciclaje neuronal, o si se quiere el desaprendizaje en la “caja de letras del cerebro” (Dehaene). Y en este proceso, se ha comprobado que es muy útil enseñar a los niños ejercicios en los que vayan trazando las letras con los dedos, es decir, añadir a los estímulos visuales y auditivos la exploración háptica, a través de la práctica de los gestos de escritura, acelera el aprendizaje de la lectura (Fredembach ) incidiendo en una ruta neural específica que no está asociada al reconocimiento de objetos sino a su orientación.
Como consecuencia de todas sus investigaciones realizadas, Stanislas Dehaene ha establecido una serie de principios básicos, todos ellos igual de importantes, que pueden orientar la enseñanza de la lectura en la fase inicial en la que la decodificación fonológica adquiere un protagonismo fundamental. Estos principios que están referidos al español y que acompañamos con un brevísimo comentario son los siguientes:
- Principio de enseñanza explícita del código alfabético: el abecedario español funciona atendiendo a reglas simples que se han de conocer.
- Principio de progresión racional: hay ciertos grafemas que son prioritarios por lo que hay que enseñarlos antes.
- Principio de aprendizaje activo, que asocia lectura y escritura: aprender a componer las palabras y a escribirlas facilita el aprendizaje de la lectura en muchas etapas.
- Principio de transferencia de lo explícito a lo implícito: se ha de facilitar el proceso de automatización de la lectura.
- Principio de elección racional de los ejemplos y de los ejercicios: la elección de ejercicios y ejemplos ha de ser cuidadosa y debe tener en cuenta el nivel del alumno.
- Principio de compromiso activo, de atención y de disfrute: el contexto de aprendizaje ha de permitir que el niño se sienta seguro y motivado.
- Principio de adaptación al nivel del niño: el proceso de aprendizaje no puede ser mecánico sino que debe suministrar retos adecuados que permitan al niño sentirse protagonista y seguir avanzando.
En la enseñanza, muchas veces, las simples intuiciones no son suficientes para garantizar las buenas prácticas educativas y es por ello que los docentes deberíamos analizarlas y contrastarlas de forma rigurosa en el aula. Conocer los factores fisiológicos, socioemocionales o conductuales que inciden en el aprendizaje de la lectura facilitará el progreso de cada niño. Y eso es lo más importante.
Si quieren ahondar en el tema les comparto bibliografía el respeto.
- Cunningham A. E. y Stanovich K. E. (1997): “Early reading acquisition and its relation to reading experience and ability 10 years later”. Deviant Psychology 33(6), 934-945.
- Dehaene, Stanislas (2015). Aprender a leer: de las ciencias cognitivas al aula. Siglo XXI Editores.
- Dehaene S. (2014): “Reading in the brain revised and extended: response to comments”. Mind & Language 29, 320-335.
- Dehaene S. (2013): “Inside the letterbox: how literacy transforms the human brain”. Cerebrum, June.
- Dehaene S. et al. (2015): “Illiterate to literate: behavioral and cerebral changes induced by reading acquisition”. Nature Review Neuroscience 16(4), 234-244.
- Dehaene S. y Cohen L. (2011): “The unique role of the visual word form area in reading”. Trends in Cognitive Sciences 15(6), 254-262.
- Dehaene S. et al. (2010): “Why do children make mirror errors in reading? Neural correlates of mirror invariance in the visual word form area”. Neuroimage 49(2), 1837-1848.
https://www.ayp.org.ar/project/el-cerebro-lector-algunas-ideas-clave/